martes, 12 de mayo de 2020

UN CUENTO CON PALABRAS TRABADAS

A continuación, un cuento con palabras trabadas o combinadas para  mejorar la fluidez verbal.


UN ENCUENTRO CON PALABRAS TRABADAS

 

Gladis se encontraba en Grecia platicando con Guillermo y Alfredo, quienes planeaban dar sorpresa al padre Francisco en gratitud por el altruismo con los feligreses y quién les comprendía en sus tragedias.  Mientras el trío se distribuía sus trabajos; construían con alegría un gran cofre repleto de globos grandes, blancos y grises. Gladis propone agregarle a la sorpresa una placa y entregarle como trofeo; quiso agregarle guirnaldas, pero la prisa les inquietaba, presentían que pronto tendrían al padre de regreso y fracasaría lo planeado. 

  Con la prisa con que preparaban el banquete y el grado de preocupación no precavieron lo que podría presentarse; de pronto, a Guillermo le dio una crisis ante el estrés, quien transmitía extraños gritos, brincaba y presionando un buqué entre sus brazos, destruyó el riquísimo postre que se encontraba en la esquina de la construcción. Alfredo y Gladis preocupados, no quisieron complicar el emplazamiento abrumador que presenciaban y con prudencia trajeron a Braulio, el sacristán de la iglesia quien tranquilizaba a su primo, trasladándolo a la parroquia más cerquita.

Cuando el padre Francisco vio a Guillermo con la crisis le hablaba y al crucifijo imploraba para que pronto recobrara la salud, tres comadres que cruzaban por la iglesia, creían que era la tragedia que había pronosticado una matriarca del pueblo. Las tres comadres siempre tramaban sus fechorías para destruir la tranquilidad de los feligreses, la crítica de las tres maquinaba sus cerebros.

 Braulio regresa para contribuir a la sorpresa y es sorprendido por las tres comadres, quienes le preguntan ¿Qué pretendes con traer a la iglesia a extraños? Braulio con prudencia les brinda un libro de frases célebres y sin truncar su obra, prosigue. ¡Sacristán   Braulio!, le gritan Gladis y Alfredo, creíamos que nos traía al padre; nosotros aquí con la programación y palabras para el brindis. No hay problema, con gracia franquea Braulio; creo que el sufrimiento de Guillermo pasó, regresará a Francia  y en un lustro, nos reencontraremos.

Al encuentro con el padre Francisco se aglomeró feligreses del pueblo, quienes con abrazos, aplausos y palabras de gratitud no sobraron; y el grupo de las   comadres quisieron quedarse platicando, tratando de transformar sus fechorías en obras de prosperidad.

                                                                                          Mery Gómez Garzón 

 





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